La torre es un palacio de volumetría rotunda en el que se combinan elementos constructivos de sabor tardomedieval, con otros decorativos netamente barrocos.
Su origen parece remontarse a comienzos del s. XVI, aunque su configuración exterior corresponde a siglos posteriores. La casa fue adquirida por el capitán Juan de Moiua-Barrena y Argarate a mediados del s. XVII.
Una centuria después, en 1751, se hicieron importantes obras que afectaron a los garitones esquineros, a los pináculos y a la cornisa.
Las fachadas más cuidadas son aquella que mira al fondo del valle y la principal. Esta última presenta en la planta baja y a modo de ingreso un gran arco apuntado flanqueado por dos ventanas geminadas. En el centro del piso superior vemos una gran puerta ventana gotizante cuyas jambas están decoradas con elegantes volutas barrocas;
flanquean el conjunto dos bloques pétreos correspondientes a sendos escudos que quedaron sin labrar.