4. El ferrocarril, los Altos Hornos y la inmigración: Edad Contemporánea

 

En el siglo XIX, nuestra provincia es escenario de las guerras carlistas. Bergara, debido a su emplazamiento estratégico, fue ocupada por las tropas, que se alojaron en el edificio del Seminario. Es bien conocido el Abrazo de Bergara, que dio fin a la Primera Guerra Carlista.

Las guerras, sin embargo, no impidieron el desarrollo de la industria, en la que destacaba el sector textil (la Algodonera de San Antonio fue creada en 1846), además de la metalurgia, calzado, tejerías, etc.

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Por otro lado, Bergara es nombrada cabeza del partido judicial y se construye el edificio del Juzgado, cárceles y escuelas en la plaza de San Pedro, coronado por la escultura de “Doña Justa”, del escultor bergarés Marcial Agirre. Se construye también el cementerio municipal en Matxiategi, alejándolo así del casco de la villa, y se urbaniza el paseo del Espolón, que une Bidekurutzeta con el barrio de San Antonio.

La llegada del tren a Bergara en 1888 la convirtió en un importante nudo de comunicaciones:

  • Entonces se puso en marcha la línea Durango-Zumarraga de la compañía de Ferrocarriles Vascongados (“Estación de Arriba”).
  • El 3 de septiembre de 1919 entra en servicio la línea Bergara-Vitoria, de la compañía de ferrocarril Anglo-Vasco-Navarro (“Estación de Abajo”).
  • Se estableció el empalme de las dos líneas en Mekolalde.

El edificio del Seminario, ampliado por el arquitecto Mariano José de Lascurain, acoge el Instituto Provincial de Gipuzkoa, que en 1873 fue trasladado a San Sebastián a causa de la guerra.

A principios del siglo XX, se crea la empresa Unión Cerrajera de Mondragón, que da lugar a todo el barrio de Altos Hornos. En 1927, los barrios rurales de Angiozar y Ubera, anteriormente pertenecientes a Elgeta, se integran en Bergara.

Más adelante, en los años 50 y 60, se edifican los barrios de Martokoa, San Lorenzo y Matxiategi ante las necesidades de vivienda a causa de la inmigración, reflejo de la buena situación económica del momento.

Se produce un impulso en el ámbito de los equipamientos culturales y deportivos:

  • Construcción del polideportivo en el barrio de Altos Hornos (en el antiguo parque de chatarra).
  •  Habilitación del palacio Errotalde como Casa de Cultura, y construcción del instituto de Bachillerato y las piscinas municipales.

El Seminario se convierte en sede de la UNED.