Esta vetusta y elegante casa fue mandada construir en 1528 por Pedro García de Aroztegi, miembro del antiguo y relevante linaje homónimo.
Ubicada en la primitiva zona medieval de la Villa, posee una imponente fachada realizada en piedra sillar, y un gran arco de entrada ligeramente apuntado y formado por grandes dovelas. El arco se cerraba con una puerta ricamente tallada y decorada con motivos grutescos, y que debemos datar en la primera mitad del siglo XVI: monstruos que toman formas vegetales, hombres con extremidades de aves, candilieri, medallones y motivos heráldicos. Son los grutescos, elementos decorativos renacentistas venidos de Italia e inspirados en la tradición clásico-romana. La puerta de la casa, que se encuentra, sin duda, entre las mejores del Renacimiento peninsular, puede contemplarse en el interior del edificio.